Periodoncia
En la boca existen más de 300 tipos de bacterias que se depositan sobre la superficie de los dientes y en el surco gingival, formando la placa bacteriana. Si ésta no se retira a diario, se endurece y forma sarro y se generan toxinas que irritan las encías. Otros factores como la genética, el tabaco, el estrés, la diabetes o la obesidad, agravan la situación.
La inflamación de las encías o gingivitis puede tratarse con una limpieza profesional mediante ultrasonidos. Cuando la enfermedad está más avanzada y provoca la pérdida de las estructuras que sostienen los dientes en la mandíbula, debemos recurrir a técnicas más agresivas, como el raspado-alisado radicular.
Previa anestesia, raspamos cuidadosamente las superficies de las raíces de los dientes por debajo de la encía para facilitar su adhesión. Esta técnica necesita un alto nivel de especialización, porque a menudo trabajamos en espacios muy pequeños donde la destreza del profesional bien entrenado es fundamental.
Pero si hay algo que nos distingue son las intervenciones quirúrgicas, como la cirugía plástica gingival, mediante la cual recubrimos las encías con un injerto del paladar del paciente cuando asoma más diente del debido; o la gingivectomía, consistente en la eliminación de las bolsas gingivales con paredes fibrosas.
Otro tratamiento reparador es el alargamiento de corona, que nos permite remodelar el contorno de los tejidos de la encía y del hueso subyacente alrededor de una o varias piezas para que quede expuesta la suficiente superficie sana del diente, devolviendo al paciente la forma gingival más estética y saludable.